¿Sientes que te invade una ola de calor de repente, estés donde estés? ¿Te despiertas en mitad de la noche empapada en sudor? Si es así, amiga, no estás sola.
Los sofocos y sudores nocturnos afectan a más de dos tercios de las mujeres durante la menopausia y la perimenopausia. Hoy vamos a descubrir por qué suceden, qué los diferencia y cómo sobrellevarlos.
¿Qué son los sofocos?
Los sofocos son oleadas repentinas de calor, a menudo acompañadas por sudor, enrojecimiento del rostro, palpitaciones o sensación de ahogo. Pueden durar desde unos segundos hasta varios minutos y aparecer varias veces al día.
Se cree que están relacionados con los cambios hormonales, especialmente con la disminución de los niveles de estrógenos, que alteran el centro termorregulador del cuerpo (en el hipotálamo), provocando una falsa señal de “exceso de calor”.
Sofocos vs. Sudores Nocturnos
Aunque ambos son reacciones similares del cuerpo, hay diferencias claras:
Sofocos | Sudores Nocturnos |
---|---|
Ocurren en cualquier momento del día | Suceden mientras duermes |
Principalmente en cara, cuello y pecho | Afectan todo el cuerpo |
Pueden ir acompañados de escalofríos o taquicardia | Te despiertan empapada y con dificultad para volver a dormir |
¿Cuánto tiempo duran?
La duración varía según cada mujer. Mientras que un 20% nunca los experimenta, otras pueden vivirlos durante más de 10 años. En promedio, duran alrededor de 7 años.
Posibles síntomas que los acompañan
Palpitaciones
Mareos o náuseas
Ansiedad o sensación de sofoco
Dolor de cabeza
Escalofríos tras el episodio
¿Cómo aliviar los sofocos de forma natural?
🌿 Evita factores desencadenantes:
Estrés
Cafeína y alcohol
Tabaco
Comida picante
Ropa ajustada o sintética
Ambientes calurosos
🧘♀️ Hábitos saludables:
Respiración profunda abdominal (6-8 respiraciones por minuto)
Ejercicio físico suave diario: caminar, nadar, bailar...
Dormir con ropa de algodón y una almohada fría
Ventilar los espacios o usar ventiladores
Alimentos y suplementos naturales que ayudan
Antes de incorporar cualquiera de estos alimentos o suplementos, consulta con tu médico. Aquí tienes opciones respaldadas por sus beneficios fitoestrogénicos o reguladores:
Jengibre: alivia sofocos, mejora la digestión y la libido. Puedes tomarlo en infusiones, en polvo o en cápsulas.
Semillas de lino: ricas en lignanos. Añádelas a yogures o ensaladas.
Guisantes: buena fuente de proteínas y coumestrol.
Raíz de regaliz: ayuda a regular serotonina (evítalo si tienes hipertensión).
Alfalfa germinada: aporta enzimas, hierro y fitoestrógenos.
Nueces pecanas: ricas en triptófano y grasas saludables.
Semillas de girasol: ayudan a proteger masa muscular y ósea.
Plátano verde: favorece la flora intestinal y contiene triptófano.
Lúpulo: su fitoestrógeno (8-PN) es uno de los más potentes. Ayuda a reducir sofocos, ansiedad y trastornos del sueño.
Conclusión
Los sofocos pueden ser uno de los síntomas más molestos de esta etapa, pero entenderlos te da poder. Al cuidar tu alimentación, practicar técnicas de relajación y evitar ciertos estímulos, es posible reducir su frecuencia y severidad.
💬 ¿Tú también has sentido estos calores repentinos? Comparte tu experiencia o consejos con otras mujeres en los comentarios. Juntas nos entendemos mejor.
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